El Perú sigue asombrando al mundo. Como siempre, nuestro país ofrece una más de sus moléculas salvadoras, las del Sacha Jergón, planta milagrosa que ofrece la posibilidad de vencer terribles enfermedades, haciendo de ella una de las especies con mayor potencial curativo en el ámbito mundial.
Herbácea que crece en los exuberantes bosques de la amazonia peruana, la Dracontiun Loretense Kraus de la familia de las Araceas, el Sacha Jergón, quizás la hierba más grande que exista en el mundo, pues mide de 1,5 a 2 metros de alto, se ha convertido en la especie más admirada por la comunidad científica internacional. Los exitosos y sorprendentes resultados en el tratamiento de enfermedades como el SIDA y diversos tipos de hepatitis, logrados a partir de su administración en pacientes aquejados por estos males, son la causa de su celebridad.
Este arbusto de hojas oblongas de 40 centímetros de largo que emergen de un tallo coloreado como el de los dibujos del cuerpo de la temida serpiente Jergón, le debe la mitad de su nombrea este ofidio. Ya que el vocablo Jergón unido a la palabra Sacha, significa en quechua “casi igual a una serpiente Jergón”. De frutos de un color anaranjado amarillento, este arbusto que se reproduce por bulbos o cormos tiene una composición química que asombra a la comunidad científica.
Ya que los compuestos químicos aislados obtenidos a partir del análisis de esta especie contienen flavonas, flavononas, antranoles, fenoles simples, esteroides, saponinas, xantonas y alcaloides, que al combinarse magistralmente tal como lo hacen actúan como inhibidores de las defensas de los virus y bacterias. Constituyéndose así en un potente medicamento de amplio espectro de actuación, cada vez más solicitado por los centros de investigación en el mundo al descubrirse nuevas propiedades de aplicación médica.
El conocimiento de sus impresionantes propiedades se pierde en la más remota antigüedad. De modo que algunos antropólogos manejan la teoría de que los pueblos amazónicos lograron establecerse y sobrevivir en un medio tan hostil al hombre, dada la innumerable cantidad de animales e insectos venenosos propios de la selva, durante miles de años gracias al uso como antídoto universal del Sacha Jergón, que estos pueblos lo administraban como medicamentos de inmediata aplicación.
Conocido pues el Sacha Jergón desde tiempos inmemoriales por todos los pueblos de la amazonía, crece en forma silvestre y también cultivada por la mano del hombre. Al punto que se ha podido introducir con éxito en las zonas cálidas
del norte de nuestro país. Este arbusto abre también nuevas perspectivas como alternativa a la siembra de hoja de coca entre los agricultores que desean escapar del círculo vicioso coca – droga, de consecuencias lamentables que todos padecemos.
DE CONFIRMADA IMPORTANCIA
Científicos de los centros de investigación de Estados Unidos, Rusia, Austria e Italia, descubrieron que la aplicación del extracto de Sacha Jergón era sorprendentemente útil en enfermedades nuevas, tales como el Síndrome de la Guerra del Golfo, la enfermedad de Crohn, así como en su aplicación a todos los tipos de hepatitis y en el caso de exposición a dosis letales de radiación.
Asimismo, esta milagrosa herbácea de nuestra amazonía permite revertir las infecciones bacterianas asociadas al VIH, sirviendo como un gran estimulante inmunológico. Constituye también un potente anticanceroso, antitumoral y antinflamatorio, revelándose sumamente útil en el tratamiento de la influenza, el asma y otras enfermedades bronquiales. Esta singular especie brinda la posibilidad de vencer múltiples enfermedades, incluso incurables.
La ciencia médica del siglo XXI descubre pues que las sustancias químicas del Sacha Jergón, siendo naturales, son idénticas a lo que se denomina los retrovirales. Es decir, los inhibidores de la Proteasa, sustancia que bloquea a las enzimas protectoras de todos los virus, abriendo así la posibilidad de usarlo sin peligro de contraindicaciones en el tratamiento del VIH.
PRESENCIA EN EL VIRREYNATO
Sorprende hoy en día, aunque no debería, a los investigadores de la historia de la medicina peruana su presencia como sustancia medicamentosa en las boticas del Virreynato. Pues en la visita de los delegados del tribunal del Protomedicato de Lima, fundado en 1570, el examinador de boticas, el protomédico Sepúlveda, menciona en su Memoria de las Medicinas, al medicamento Dracontium Potens, que es nada más y nada menos que el mismísimo Sacha Jergón.
El cómo fue conocida la planta y luego incorporada a la farmacopea peruana de la época, según los historiadores, se explicaría debido al gran número de herbolarios y chamanes que atendían al atribulado pueblo peruano, que en ese entonces padecía enfermedades generadas por la explotación inhumana en las mitas de las minas y en las haciendas. Se presume que se prescribía el Dracontium Potens como tópico en picaduras venenosas, tumores y llagas rebeldes consecuencia de maltratos inmisericordes.
En esta manera, ayer al igual que hoy, el Sacha Jergón, como otras tantas especies nativas de nuestra vasta y rica amazonia, brinda sus moléculas salvadoras a la humanidad, poniéndolas al servicio de la ciencia y en la vanguardia de la lucha contra enfermedades nuevas. Su presencia nos enseña a hacer un esfuerzo de poner en valor el conocimiento tradicional y convertirlo en evidencia científica, tal como se ha hecho en el caso del Sacha Jergón, todo un nuevo hallazgo de un verdadero tesoro del Perú para la humanidad.
Fuente : Revista Generacción
Herbácea que crece en los exuberantes bosques de la amazonia peruana, la Dracontiun Loretense Kraus de la familia de las Araceas, el Sacha Jergón, quizás la hierba más grande que exista en el mundo, pues mide de 1,5 a 2 metros de alto, se ha convertido en la especie más admirada por la comunidad científica internacional. Los exitosos y sorprendentes resultados en el tratamiento de enfermedades como el SIDA y diversos tipos de hepatitis, logrados a partir de su administración en pacientes aquejados por estos males, son la causa de su celebridad.
Este arbusto de hojas oblongas de 40 centímetros de largo que emergen de un tallo coloreado como el de los dibujos del cuerpo de la temida serpiente Jergón, le debe la mitad de su nombrea este ofidio. Ya que el vocablo Jergón unido a la palabra Sacha, significa en quechua “casi igual a una serpiente Jergón”. De frutos de un color anaranjado amarillento, este arbusto que se reproduce por bulbos o cormos tiene una composición química que asombra a la comunidad científica.
Ya que los compuestos químicos aislados obtenidos a partir del análisis de esta especie contienen flavonas, flavononas, antranoles, fenoles simples, esteroides, saponinas, xantonas y alcaloides, que al combinarse magistralmente tal como lo hacen actúan como inhibidores de las defensas de los virus y bacterias. Constituyéndose así en un potente medicamento de amplio espectro de actuación, cada vez más solicitado por los centros de investigación en el mundo al descubrirse nuevas propiedades de aplicación médica.
El conocimiento de sus impresionantes propiedades se pierde en la más remota antigüedad. De modo que algunos antropólogos manejan la teoría de que los pueblos amazónicos lograron establecerse y sobrevivir en un medio tan hostil al hombre, dada la innumerable cantidad de animales e insectos venenosos propios de la selva, durante miles de años gracias al uso como antídoto universal del Sacha Jergón, que estos pueblos lo administraban como medicamentos de inmediata aplicación.
Conocido pues el Sacha Jergón desde tiempos inmemoriales por todos los pueblos de la amazonía, crece en forma silvestre y también cultivada por la mano del hombre. Al punto que se ha podido introducir con éxito en las zonas cálidas
del norte de nuestro país. Este arbusto abre también nuevas perspectivas como alternativa a la siembra de hoja de coca entre los agricultores que desean escapar del círculo vicioso coca – droga, de consecuencias lamentables que todos padecemos.
DE CONFIRMADA IMPORTANCIA
Científicos de los centros de investigación de Estados Unidos, Rusia, Austria e Italia, descubrieron que la aplicación del extracto de Sacha Jergón era sorprendentemente útil en enfermedades nuevas, tales como el Síndrome de la Guerra del Golfo, la enfermedad de Crohn, así como en su aplicación a todos los tipos de hepatitis y en el caso de exposición a dosis letales de radiación.
Asimismo, esta milagrosa herbácea de nuestra amazonía permite revertir las infecciones bacterianas asociadas al VIH, sirviendo como un gran estimulante inmunológico. Constituye también un potente anticanceroso, antitumoral y antinflamatorio, revelándose sumamente útil en el tratamiento de la influenza, el asma y otras enfermedades bronquiales. Esta singular especie brinda la posibilidad de vencer múltiples enfermedades, incluso incurables.
La ciencia médica del siglo XXI descubre pues que las sustancias químicas del Sacha Jergón, siendo naturales, son idénticas a lo que se denomina los retrovirales. Es decir, los inhibidores de la Proteasa, sustancia que bloquea a las enzimas protectoras de todos los virus, abriendo así la posibilidad de usarlo sin peligro de contraindicaciones en el tratamiento del VIH.
PRESENCIA EN EL VIRREYNATO
Sorprende hoy en día, aunque no debería, a los investigadores de la historia de la medicina peruana su presencia como sustancia medicamentosa en las boticas del Virreynato. Pues en la visita de los delegados del tribunal del Protomedicato de Lima, fundado en 1570, el examinador de boticas, el protomédico Sepúlveda, menciona en su Memoria de las Medicinas, al medicamento Dracontium Potens, que es nada más y nada menos que el mismísimo Sacha Jergón.
El cómo fue conocida la planta y luego incorporada a la farmacopea peruana de la época, según los historiadores, se explicaría debido al gran número de herbolarios y chamanes que atendían al atribulado pueblo peruano, que en ese entonces padecía enfermedades generadas por la explotación inhumana en las mitas de las minas y en las haciendas. Se presume que se prescribía el Dracontium Potens como tópico en picaduras venenosas, tumores y llagas rebeldes consecuencia de maltratos inmisericordes.
En esta manera, ayer al igual que hoy, el Sacha Jergón, como otras tantas especies nativas de nuestra vasta y rica amazonia, brinda sus moléculas salvadoras a la humanidad, poniéndolas al servicio de la ciencia y en la vanguardia de la lucha contra enfermedades nuevas. Su presencia nos enseña a hacer un esfuerzo de poner en valor el conocimiento tradicional y convertirlo en evidencia científica, tal como se ha hecho en el caso del Sacha Jergón, todo un nuevo hallazgo de un verdadero tesoro del Perú para la humanidad.
Fuente : Revista Generacción
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