
¿Sabía usted que el peruanísimo camote es el principal insumo para elaborar uno de los licores más bebidos en todo el mundo?
Si aún no lo cree, lo invitamos a conocer la historia del Shochu, popular destilado japonés de camote, y de cómo Raúl Zuloaga, gerente general de Sweet Perú, lo producirá por primera vez en América para el deleite de los amantes de las bebidas espirituosas.
Incursión en la exportación
Pero antes de hablar acerca de las bondades de este novedoso licor, es preciso recordar las primeras incursiones en el mundo de los negocios de este próspero empresario.
“Hace 20 años me dediqué a la producción y exportación de flores de Ñaña (Lima) a los Estados Unidos. Fuimos uno de los pioneros en el rubro pero el negocio duró solo cuatro años porque una fuerte empresa de Colombia entró al mercado”, recuerda Zuloaga quien culminó sus estudios de Ingeniería Agrónoma en la Universidad de Chile.
Tras aquella experiencia, el emprendedor afinó su puntería hacia el camote, tubérculo muy apreciado en el mundo pero a la vez “despreciado” en el Perú a pesar del valor alimenticio que posee, como señala.
“En el 2006, me dediqué a la exportación de camotes de Huaral (variedad Ina-100) a Holanda. En ese entonces, enviábamos mensualmente un contenedor (20 mil kg) a Europa”, reveló Zuloaga, quien durante dos años mantuvo dicho negocio, hasta que las reglas de juego para la entrada de dicho tubérculo cambiaron y favorecieron las ventas del tubérculo producido en EEUU al mercado europeo. ¿El resultado? Una fuerte disminución de sus envíos y ventas al exterior.
Es así que el empresario, a partir de dos experiencias adversas aunque enriquecedoras, decide dar un valor agregado al producto que exportaba a fin de que resulte único y novedoso entre los demás. Opta por la elaboración del destilado de camote o el popular ‘Shochu’, como se lo conoce en el país del sol naciente, Japón.
Un licor de exportación
“La aventura del ‘Shochu’ empezó en el 2007, cuando nos hicimos la siguiente pregunta ¿Por qué no elaborar ‘Shochu’ a base del camote peruano, que es más sabroso y aromático que el que se produce en el mismo Japón?”, recuerda Zuloaga quien tan pronto como ideó su producto, convirtió su propia cocina en un pequeño laboratorio para elaborarlo.
La fórmula era simple: repetir el método artesanal japonés para la producción del licor y adecuarlo al camote peruano, cuyo dulce lo hace ideal para el ‘Shochu’.
“Para triunfar hay que ser perseverante. Antes de obtener el producto que buscábamos, trabajamos 50 lotes experimentales”, asegura Zuloaga quien luego de varios intentos, obtuvo un sabroso ‘Shochu’ hace dos meses en su planta de Cañete.
Ahora, sus metas son lograr que el producto se posicione en el mercado peruano y finalmente exportarlo al Brasil, donde existe una importante colonia de japones. “Uno no se puede quedar siempre al borde de la piscina, hay que lanzarse también”, señala.
¿Quién lo pone en duda?
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